Entrada aleatoria

En gran medida se trata de una cuestión de clase: los escritores tienden a ser chiquillos mimados de clase media que creen que el mundo les debe un cheque de regalías. Pero el mero hecho de hacerlo -estar en tu habitación durante años encerrado en tu cabeza solo con fantasmas inventados- debilita y ablanda el cuerpo. Y yo sé que no puedo vivir sólo en mi cabeza.