Cada vez que estés a punto de señalar un defecto en otra persona, hazte la siguiente pregunta: ¿Qué defecto en mí se parece al que estoy a punto de criticar?
Nunca se llega a un matrimonio esperando divorciarse. Uno va al matrimonio esperando que dure para siempre y sueña con el futuro de muchas maneras. Tienes todas estas expectativas y luego tienes que ajustarlas y puede ser un momento muy desconcertante y confuso.