Entrada aleatoria

Mis sueños siempre fueron pequeños y enclenques. Todo lo que necesitaba era una casita con una pequeña valla junto al mar. Poco podía imaginar que viviría en el Palacio de Malacanang durante 20 años y que visitaría todos los grandes palacios de la humanidad. Y que también conocería a los ciudadanos de a pie y a los líderes de las superpotencias.