No al moco, mas donde cuelga.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Los oprimidos pueden decidir una vez cada pocos años qué representantes particulares de la clase opresora han de representarlos y reprimirlos en el parlamento.