Más daño te hace el que te adula que el que te injuria.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Incluso aplastado contra su hermano en el tubo, el inglés medio finge desesperadamente que está solo.