Adulador, engañador; y al cabo, traidor.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Parte de nuestra humanidad esencial es respetar lo que Dios nos dio y lo que estará aquí mucho tiempo después de que nos hayamos ido.