Quien mucho te alaba, tras tu bolsa anda.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Que el trabajo implicara la voluntad de arriesgarse, el compromiso, la oportunidad de subirse al escenario y hacer feliz a la gente era más importante que hacerse famoso o incluso que lo que estaba bailando.