Lisonjas y bizcochos de monjas, de tu bolsillo son esponjas.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
La belleza no es más que la imagen sensible del Infinito. Como la verdad y la justicia, vive en nosotros, como la virtud y la ley moral, es una compañera del alma.