Eso dice la boca que gosta.
La mucha miel, empalaga.
Por mucho dulzor, no es mejor.
Nadie lamiendo engorda.
Lamiendo no engorda ningún perro.
Por la peana se adora -o se besa- al santo.
Soportar con paciencia los agravios a uno mismo es una marca de perfección, pero soportar con paciencia los agravios a otra persona es una marca de imperfección e incluso de pecado real.